Cuando recibí mi Small Love Orgasmic, lo primero que pensé fue: "¿Algo tan pequeñito puede ser realmente 'orgásmico'?". ¡Y vaya que sí! Es una preciosidad, tan compacta y discreta que se convirtió inmediatamente en mi compañera de bolso, mi pequeño secreto para llevar a todas partes.
La primera vez que la usé, quedé impresionada. Esa balita, tan inocente en apariencia, desató unas vibraciones sobre mi clítoris que fueron directas al paraíso. La precisión es increíble; llega justo a ese punto exacto que te hace cerrar los ojos y olvidarte de todo. He jugado con sus diferentes modos, y es sorprendente cómo algo tan pequeño puede ofrecer tanta variedad, desde un cosquilleo que te prepara hasta una intensidad que te lleva al límite en cuestión de segundos.
Se ha vuelto mi aliada perfecta para esos momentos de "amor propio" rápidos pero intensos, o para añadir una chispa extra de diversión cuando estoy con mi pareja; a él también le encanta usarla para provocarme. Es como una pequeña dosis de felicidad concentrada. Definitivamente, esta "Small Love" se ha ganado un gran lugar en mi corazón... y en mi mesita de noche.