La primera vez que usé el Pretty Love Boyce, no imaginé lo rápido que iba a perderme en las sensaciones. Apliqué un poco de lubricante a base de agua, lo encendí y coloqué su boquilla suavemente sobre el clítoris… en segundos, las ondas de succión comenzaron a envolverme con una precisión tan delicada como intensa.
Al principio, opté por los modos más suaves, y fue como una caricia que despertaba cada fibra de mi cuerpo. Pero a medida que aumentaba la intensidad, mi respiración se aceleraba y cada pulso se sentía como una ola que me arrastraba directo al clímax.
Los 12 modos de succión ofrecen un rango amplio de sensaciones, desde un ritmo calmado que relaja hasta una succión profunda que te empuja sin freno al orgasmo. Lo usé en la cama, en la ducha y hasta como parte del juego previo con mi pareja, y cada ocasión fue diferente, pero igual de intensa.
Lo que más me sorprendió fue que todo sucedió sin contacto directo, sin fricción… solo ondas de placer puro. El Pretty Love Boyce se convirtió en un aliado silencioso, discreto y absolutamente poderoso. Ideal para quienes buscan nuevas formas de disfrutar su cuerpo sin prisas, con placer profundo, elegante y totalmente controlado.